Quédate en el bosque y mantén lozanos los árboles y longevos a tu amigos.
No hagas caso de las niñas, porque al final todas se convierten en ancianas necias.
¡Buena Suerte!....
-¿Tú sabes lo que soy, mariposa? -preguntó la unicornia, esperanzada, y él respondió:
-Perfectamente bien. Eres pescadero. Lo eres todo para mi, eres el sol que me alumbra,
eres vieja y gris y somnolienta...
-Dímelo, entonces -le suplicó la unicornia-. Si sabes mi nombre, dímelo.
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